Clasificación Eurocopa Francia 2016: España gana sufriendo 0-1 a Bielorrusia (vídeo resumen y goles)

/ 15 junio 2015

Iker Casillas sostuvo con dos excelentes paradas la ventaja obtenida por la Selección española con el gran gol de Silva (0-1). El portero bielorruso Gorbunov impidió antes y después de la diana del triunfo que la selección española lograra una victoria mucho más abultada.

Silva marcó gol (Foto RFEF)

Silva marcó gol (Foto RFEF)

El diccionario ruso llama a lo que el español denomina calidad “kachestvo”. Cuando se habla de talentos el término empleado es mucho más parecido: “talant”. Tener “talant” o “kachestvo” es tan necesario para ganar como el balón con el que se juega al fútbol.En ambos aspectos, la superioridad de España sobre Bielorrusia parecía indudable antes del encuentro, durante el encuentro y después del encuentro. Apenas jugados 82 segundos lo demostró un balón interior a Pedro que el guardameta Gorbunov atajó antes de que el tinerfeño Pedro metiera la puntera de su bota.

España se jugaba en Borisov mucho más que un partido, más que una victoria agradable, pero de esas que más allá del sabor de boca no dejan gran trascendencia. No, esta vez, España se jugaba tres puntos muy importantes de cara a la clasificación para la fase final de la EURO 2016. Tres puntos para no perder comba con la cabeza y para dirigir el foco de atenciones próximas no solo para obtener el billete a Francia, sino para buscar la cabeza de un grupo que tan difícil ha puesto Eslovaquia. Visto así, y no había otra manera, el duelo era de gran importancia. Y a por él salió España con una gran decisión.

A los 11 minutos de partido, a la semi oportunidad de Pedro, la selección había sumado dos más, la mejor de ellas un remate cruzado de Morata muy cerca de los 9; la tercera, a los 11, con un remate seco de Pedro que atajó bien Gorbunov. España llegaba tanto porque tenía el balón, de nuevo Silva al mando de todas las operaciones, y cuando el meta bielorruso fue puesto a prueba con un cabezazo marca de la “Casa Ramos” en el ambiente empezó a flotar la sensación de que iba a ser la noche del guardameta Andrei. Gorbunov blocó el testarazo y Ramos reclamó un agarrón.

Hay un denominador común ante este tipo de situaciones. Si se marca pronto, los triunfos suelen llegar por carriles sin complicaciones, que es la imagen que dio al comienzo. Pero si se tuercen, surgen los porteros heroicos, falta cabeza fría para mitigar la desesperación y llegan las prisas, entonces algunas de esas fases de dominio se convierten en riesgos. Bielorrusia, con dos líneas defensivas de cuatro y muy cercanas entre sí, jugó a lo que podía jugar, aprovechar el adelantamiento de los de Vicente del Bosque para enhebrar algún contragolpe rápido, sin grandes derroches técnicos, pero sí físicos, y poco más. Fiaba gran parte de su suerte en Hleb, ex jugador del FC Barcelona, enfrentado, precisamente, a un maestro secante azulgrana Sergio Busquets.

Algunas de todas estas preguntas pudieron resolverse a los 26’ si el colegiado hubiese sancionado un claro derribo de Silva dentro del área. Debió parecérselo tanto a David que reclamó a grito pelado al colegiado, él, que es un hombre apocado, de carácter tímido, futbolista grande, sin embargo. El contratiempo no quebró el ánimo de los españoles ni animó el de los bielorrusos, convencidos de que toda su suerte en el choque dependía de la fortaleza defensiva que demostraran y de saber si, en efecto, estábamos ante una noche sumamente feliz del cancerbero Gorbunov. A los 31’, Alba lanzó un misil cercano al ángulo superior derecho del marco de Andrei.

La solución del pulso, francamente decidido a favor de España en el control del balón, en el “talant” o en el “kachestvo”, sin duda, no ofrecía dudas. España era claramente superior en las bandas, pero tenía problemas en los balones interiores y para sacar partido a Morata, encajado entre dos torres de recursos medios en todo lo relativo a la calidad, pero muy solventes por alto, que es para lo que estaban. De modo que lo que había que hacer era seguir por el mismo camino hasta abrir el melón. A los 35’ pudo hacerlo Cesc, pero su disparo con el empeine no sorprendió a Gorbunov. A aquellas alturas del partido parecía que nada ni nadie iban a poder hacerlo. Cinco minutos antes del descanso, a Ramos se le fue alto otro cabezazo. Sergio se tapó el rostro, desolado.

Todo cambió en el minuto 44. El colegiado austríaco señaló una a media docena de metro fuera del área grande, en la banda izquierda. Docena y media de jugadores, ocho de cada uno de los equipos, se agolparon en el área con misiones terminantemente distintas. El balón salió volando de la bota de Cesc, se elevó sobre todos y cayó a pies de Silva. Rematar por bajo ante aquella nube de piernas era imposible. Pero de imposibles no sabe David, que agarró un zurdazo imponente de abajo arriba que dejó a todos pasmados. Incluso a Gorbunov. El gol tenía un enorme valor. Un inmenso valor.

En todos los partidos siempre pueden surgir momentos que cambien el rumbo de los acontecimientos. En Borisov, sucedió a los 48 minutos. Bielorrusia no había amenazado seriamente a Casillas hasta entonces. Pero salvada del lastre de tratar de mantener el empate, del que no gozaba, inició una jugada que no se le había visto hasta entonces, iniciada, cómo no podía ser menos a pies de Hleb. El ex del FC Barcelona colocó un precioso pase por dentro que dejó solo a Kornilenko. Bueno, solo no es la palabra exacta pues frente a él se encontraba Casillas y ya sabemos que en el uno contra uno Iker se mueve en su espacio ideal. Kornilenko remató bien, pero la pierna derecha de Iker evitó el empate. Doce más tarde Casillas volvió a demostrar que con él todo es más fácil, sacándose de encima un lejano y durísimo disparo de Maevski. No estuvieron lejos de él Piqué y Ramos, excelentes ambos.

La constatación de que Bielorrusia tenía más de lo demostrado hasta esos momentos igualó el hasta esos instantes muy desigual duelo. Bielorrusia corría, jugaba, presionaba muy arriba y conectaban sus líneas. O sea, “kahestvo”. O “talant”. Cómo prefieran. Del Bosque dio entrada a Vitolo en lugar de Pedro para tapar. A Busquets le costaba más encontrar a Hleb y entre unas cosas y otras el partido entró en eso que los teóricos llaman una fase de indefinición y otros “partido loco”, pero, desde luego, nada que ver con lo de la primera mitad. Un gran balón de Vitolo a Cesc, que este persiguió hasta la línea de fondo pudo darnos cerca del minuto 70 la tranquilidad, el toque y el mando que necesitaba España. Un remate de Silva uno después, lo mismo.

España obtuvo en Borisov lo que buscaba, tres puntos muy importantes, y por encima de eso no caben otras consideraciones. Es una victoria de oro, lograda con esfuerzo y sufrimiento, algo que sus jugadores asumieron con entereza y sacrificio, en un partido de dos caras, la primera de absoluto dominio español, la segunda mucho más igualada. Podrán lamentarse los bielorrusos de las dos grandes paradas de Casillas en esta fase del partido, pero no deberían olvidarse de la sucesión de intervenciones felicísimas de Gorbunov, que a los 84’ aún se permitió la última de la noche a tiro del soberbio Silva.Un hecho que demuestra que en esto del fútbol los guardametas tienen, también, mucho de lo que todos sabíamos: “kachestvo”. O calidad, en español, para que nos entendamos.


(Fuente: Sefutbol)

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