Obama responsabiliza a los republicanos del caos que paraliza la administración de EEUU

/ 2 octubre 2013

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, responsabilizó ayer a los republicanos de hacer «rehén» al país y llevarle al primer cierre indefinido de la Administración en 17 años por una «cruzada ideológica» contra su reforma sanitaria. «Mientras sea presidente, no voy a ceder a las demandas temerarias de algunos en el Partido Republicano para negar una cobertura de salud asequible a millones de trabajadores estadounidenses», advirtió Obama en una comparecencia en la Casa Blanca. «Es extraño que un partido ponga el hecho de mantener a los ciudadanos sin seguro médico como la pieza central de su agenda, pero aparentemente es así», añadió.

Barack Obama (Foto Zoomin)

Barack Obama (Foto Zoomin)

Mientras 800.000 empleados federales pasaron ayer su primera jornada sin salario debido al cierre de la Administración, se ponía en marcha la primera fase de la ley sanitaria que ha provocado el desacuerdo para aprobar las asignaciones presupuestarias en el inicio del año fiscal. Así, se iniciaron las ofertas de seguros privados en el mercado online para familias sin cobertura o empresas con empleados sin seguro médico. Obama destacó la «histórica» apertura de los «mercados de seguros médicos» y la buena acogida del servicio, por lo que instó a los republicanos a abandonar sus «irresponsables demandas» y a permitir la reapertura de la Administración.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, lamentó que los demócratas rechazaran su propuesta de reunir a miembros de ambas cámaras del Congreso para desbloquear las negociaciones. Los republicanos propusieron aprobar leyes temporales para financiar agencia por agencia en vez de buscar un acuerdo presupuestario general, algo que rechazaron tanto la Casa Blanca como el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, quien criticó que los republicanos «quieran elegir financiar sólo lo que les gusta del Gobierno». En un comunicado, el portavoz de la Casa Blanca Amy Brundage dijo que el presidente «no aceptará jugar este juego» y vetará las propuestas para la financiación «troceada», que calificó de «poco seria». «Si los republicanos están preocupados por el impacto del cierre, que afecta a todo el Gobierno y a pequeños negocios, a mujeres, niños y jubilados, deben hacer su trabajo y aprobar una extensión limpia, sin condicionantes, de las asignaciones presupuestarias», advirtió.

Las principales consecuencias del cierre administrativo se dejaron sentir en Washington D.C., donde se concentran miles de funcionarios estatales, y en los monumentos, museos y parques nacionales, que ayer no abrieron sus puertas. Según la consultora IHS Global Insight, el coste económico del cierre administrativo podría suponer unos 300 millones de dólares diarios. El sector turístico se mostró ayer preocupado por el impacto «grave e inmediato» del cierre de los principales reclamos turísticos, que ya han provocado numerosas cancelaciones por parte de extranjeros que planeaban viajar a Estados Unidos.

 


(Texto de elaboración propia realizado a partir del resumen de noticias de los servicios de prensa de Moncloa)

You must be logged in to post a comment Login

Deja tu comentario