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Artículo de Cándido Méndez: ‘1 de mayo, contra un nuevo sistema feudal’
La Nube / 30 abril 2015“Por la Sociedad de tejedores en seda, Baldomero Mariné y Francisco Bofarull; Por el Comité de la Unión General de Trabajadores, Juan Graells y Antonio Garcia Quejido; Por la Sociedad de oficiales peluqueros barberos…” Ese Comité de UGT lo era de un sindicato creado no hacía aún dos años, también en Barcelona, como decisión del Congreso Obrero, en plena Exposición Universal de 1888 y ese García Quejido era su presidente. Firmaba, junto a una numerosa relación de sociedades obreras, un Manifiesto dirigido A los Cuerpos Colegisladores. Comenzaba así: “Usando del derecho de petición, los organizadores de la manifestación del 1 de mayo, se dirigen a la Representación legislativa en demanda de leyes que pongan por ahora término a la situación angustiosa que la clase trabajadora atraviesa: “Señores: De tal manera pesan sobre la parte de la Humanidad que trabaja a salario los inconvenientes del régimen social presente, y tal influencia ejercen sobre los mismos que tienen la dicha de saborear el fruto del trabajo ajeno, que las secundaria cuestiones políticas quedan oscurecidas y olvidadas ante la grandeza del problema moderno de la distribución más equitativa de la riqueza colectivamente producida, por otro nombre la cuestión social”.
La distribución más equitativa de la riqueza colectivamente producida. Ése era su propósito y así viene siendo desde hace 125 años. Millones de personas renuevan cada año, en las marchas de mayo, su compromiso por alcanzar un futuro mejor. En nuestros días, cuando la Confederación Europea de Sindicatos (CES) se niega a admitir que se resuelva la crisis cargando sobre los derechos y el empleo de los ciudadanos, nos referimos a lo mismo: la distribución más equitativa.
La convulsa historia de España hizo que, ochenta y ocho años después, los trabajadores y sus sindicatos volvieran a celebrar otro primer 1 de Mayo. En 1978 lo hicimos en libertad después de treinta y nueve años de dictadura. Un tiempo en el que los derechos democráticos y los sindicales estuvieron proscritos. La Unión General de Trabajadores disfruta del honor de ser el único sindicato que ha participado en la organización de esos dos 1 de mayo.
La manifestación del 1 de mayo fue decisión de un sujeto político: El Congreso de París de 1889 que aprobó organizar la Segunda Internacional y convocar una manifestación para lograr “la aplicación de las ocho horas y de las demás resoluciones del Congreso”. Es la primera decisión de alcance global de la socialdemocracia. Es el referente de UGT. Es nuestra historia. Nosotros fuimos parte de la construcción del movimiento socialdemócrata. Es también nuestro futuro. Resulta conveniente recordarlo, sobre todo en estos últimos años en los que hemos visto a muchos explicadores hablar de la irreversible decadencia de la socialdemocracia y su incapacidad para hacer frente a la crisis. De repente se han silenciado y cuál no será nuestra sorpresa cuando leemos que las nuevas fuerzas políticas que han aparecido con ímpetu, por ahora solo en las encuestas, se reclaman de la tradición socialdemócrata. Sean bienvenidos.
Al poco tiempo de decretarse por el Gobierno la reforma laboral de 2012, un grupo de abogados publicó un artículo alertando sobre lo que esta reforma suponía: la destrucción del derecho laboral. “El Derecho del Trabajo, juntamente con la Seguridad Social, se había convertido lentamente, con el tiempo, en el recambio civilizado de las revoluciones sociales decimonónicas, y vino a conquistar pacíficamente, con sus normas, nuevos espacios de justicia social. Esta rama del Derecho significaba un compromiso entre el poder del empresario y las exigencias de justicia y participación de los trabajadores en la empresa. El Derecho del Trabajo trataba de canalizar la confrontación que comporta la misma naturaleza del trabajo por cuenta ajena y proporcionaba amparo al trabajador que se proponía establecer una relación laboral desde una posición solitaria, aislada y por lo tanto, débil. El Derecho disciplinaba, además, la acción colectiva de los trabajadores a través de la dinámica sindical”.
En 1919 “la cuestión social” que reclamaban los organizadores del 1 de mayo de 1890, tomó carta de naturaleza en la Constitución alemana de posguerra y con la creación de la OIT. Hoy, como si fuera ayer, esa reforma laboral del año 2012 pretende retrotraernos a los años previos a la República de Weimar. Busca que las relaciones de trabajo de muchas empresas vuelvan a parecerse más a un sistema feudal que a una democracia moderna. Hoy, en el 125 aniversario del 1 de mayo nos manifestamos para reiterar nuestra rotunda oposición.
Madrid, 1 de mayo de 2015
Cándido Méndez
Secretario General de UGT
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