Sánchez se niega a dimitir tras el motín interno en el PSOE

/ 29 septiembre 2016

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, decidió ayer mantenerse en el cargo y defender que sean los militantes lo que decidan quien dirige el partido, después de que 17 miembros de la Comisión Ejecutiva Federal dimitieran para intentar su destitución. Ante esta maniobra, Sánchez reunirá hoy a los 18 miembros restantes de la Ejecutiva para convocar un Comité Federal con el único objetivo de acordar la celebración de un Congreso Extraordinario.

Pedro Sánchez durante su intervención ante el Comité Federal (Foto: PSOE)

Pedro Sánchez durante su intervención ante el Comité Federal (Foto: PSOE)

El dimitido secretario de Política Federal, Antonio Prada, que fue quien registró su renuncia y la de otros 16 miembros de la Ejecutiva, afirmó que ya no reconocen a la dirección de Sánchez y que la Ejecutiva Federal ya no está «legitimada». Según su criterio, las 17 dimisiones que ahora se han producido unidas a las tres vacantes que había suman más de la mitad de los componentes de la Ejecutiva (38 miembros), por lo que «queda disuelta» la Ejecutiva que eligió el congreso celebrado en julio de 2014, cuando Sánchez fue elegido secretario general. Por ello, Prada exhortó a Ferraz a «cumplir la ley» y restablecer la «normalidad».

Por su parte, el secretario de Organización del PSOE, César Luena, consideró «muy grave» la operación perpetrada y acusó a algunos dirigentes de «instigar» las dimisiones para evitar un congreso, callar la voz de las bases y provocar una gestora. Luena confirmó la intención de Sánchez de seguir como secretario general y subrayó: «Hoy se ha querido torcer la voluntad de los órganos legítimos del PSOE respaldados por sus militantes». El secretario de Organización se preguntó que si quienes «temen» a los militantes «pueden dirigir el PSOE». En este sentido, garantizó que el actual equipo de dirección «cumplirá escrupulosamente las normas» y preservará «la voz y el voto de los militantes».

La dirección del PSOE rechaza la interpretación de los críticos de que la dimisión de la mitad más uno de los miembros de la Ejecutiva conduzca a una comisión gestora y sostiene que la normativa en vigor del partido «no prevé la existencia de una gestora en el ámbito federal», ya que este órgano de gobierno sólo está previsto en el ámbito autonómico o municipal. Los críticos apelan al precedente de mayo de 2014, cuando la misma fórmula obligó a dimitir a Julio Villarrubia como secretario general del PSOE de Castilla y León tras la renuncia en bloque de más de la mitad de la ejecutiva regional, con el entonces secretario de Organización del partido a la cabeza, Óscar López, hoy portavoz en el Senado y hombre de confianza de Sánchez. Fuentes de Ferraz replicaron que aquella dimisión fue fruto de un «acuerdo político» y no de un mandato estatutario.

César Luena sostuvo que es de aplicación el artículo 36.0 de los estatutos que establece que «cuando las vacantes en la Comisión Ejecutiva Federal afecten a la secretaría general o a la mitad más uno de sus miembros, el Comité Federal deberá convocar un Congreso Extraordinario para la elección de una nueva Comisión Ejecutiva Federal».

Ante esta situación, el sector crítico ha urgido a la Comisión de Ética y Garantías a que se reúna y emita un informe sobre la situación creada tras la dimisión de diecisiete miembros de la dirección del partido.

El líder de los socialistas valencianos y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, justificó, en una carta a la militancia publicada en su cuenta de Facebook, su dimisión como miembro de la Ejecutiva del PSOE por «coherencia» y «responsabilidad política» e hizo un llamamiento para que «con diálogo y sin sectarismos» se mire hacia delante.

 


(Texto de elaboración propia realizado a partir del resumen de noticias de los servicios de prensa de Moncloa)

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